Ruta de verano por los estrechos más espectaculares del río Martín
Si hay una comarca de Aragón que sorprende esa es la de Cuencas Mineras, lo hemos comprobado ya muchas veces y, con esta excursión, lo va a hacer una vez más.
Estamos en Peñarroyas, una localidad perteneciente al municipio de Montalbán, con una situación privilegiada y de la que parten varias rutas. La de hoy es muy refrescante y perfecta para hacer en verano ya que nos lleva a recorrer uno de los tramos más bonitos del río Martín.
- Peñarroyas, inicio de ruta
- Excursión a los Pozos Boyetes, características de ruta
- Qué ver en los Pozos Boyetes, descripción de ruta
- Otras rutas senderistas desde Peñarroyas
- Qué ver en Montalbán
Peñarroyas, inicio de ruta
Para llegar a Peñarroyas partimos en coche de Montalbán y seguimos los carteles que indican «Peñarroyas. Rutas senderista». La distancia es de 5´5 km.
La carretera local termina a la entrada del pueblo y la estrechez de su calle principal impide el tráfico rodado. A la derecha, junto al río, hay un amplio parking con merendero donde aparcamos nuestro vehículo.
La calle nos conduce a la plaza, donde encontramos las señales de Senderos Turísticos de Aragón y vemos las distintas opciones de rutas a realizar.
En esta plaza se localizan también los dos edificios más importantes de Peñarroyas, el Ayuntamiento, cuya lonja, hoy cerrada, sirve de bar y centro social y la Iglesia de Santa María la Mayor.
Al llegar a Peñarroyas te das cuenta del motivo de su topónimo; no sólo se llama así por el marcado color rojo de los peñascos rocosos a cuyos pies creció, sino también porque esas areniscas (piedra de rodeno) fueron el material con el que construyó la arquitectura de la población.
Tras la plaza, la calle principal se bifurca en dos y de nuevo encontramos señales, es un punto importante en la ruta de hoy, como te contaré a continuación.
Excursión a los Pozos Boyetes, características de ruta
- Este sendero no tiene una señalización propia y completa. Hay tramos que coinciden con otras rutas y, en este caso, son sus señales las que nos ayudan a avanzar. Por esta razón, esta ruta exige prestar atención y estar familiarizado con el senderismo. A pesar de ello, no creo que sea difícil realizarlo y, para ello, te voy a dejar todos los detalles.
- El único cartel específico de la ruta lo encontramos en el parking que hay a la entrada del pueblo con el título «Ruta de las Peñas Royas». Es un cartel antiguo que no describe detalladamente el recorrido, pero incluye un plano que está muy bien.
- El recorrido completo que hemos hecho nosotros tiene 2 horas de duración (recorrido circular y sin contar paradas). En este caso, hay que cruzar el río en varias ocasiones.
- Hay una alternativa de ruta más corta para llegar a sólo a los Pozos Boyetes desde Peñarroyas y volver por el mismo camino, en este caso la duración es de 1 hora (ida y vuelta). Con esta opción evitamos cruzar el río.
- Parte de la ruta discurre por un cañón fluvial y, por tanto, por zona inundable. Hay que consultar siempre la previsión meteorológica antes de hacer la ruta y evitar los días de tormentas por el peligro que puede conllevar.
- Si la vais a hacer con niños o personas con alguna dificultad de movilidad, yo recomendaría hacer la opción corta. En estos casos, cruzar el río puede suponer un problema.
Qué ver en los Pozos Boyetes, descripción de ruta
Estoy segura de que este recorrido te va a sorprender desde el punto de vista paisajístico, natural y cultural. Como vas a ver, tiene de todo: geología, huellas de dinosaurios, grabados prehistóricos, fauna, un abrupto cañón y un río, el Martín, para refrescarse si haces la ruta en verano.
Una vez en la plaza del Peñarroyas, seguimos las indicaciones de las señales de Senderos Turísticos de Aragón hacia el Mirador del Portillo.
Tras la plaza, la vía se bifurca: por la derecha llegamos directamente a los grabados rupestres. Nosotros tomamos la vía de la izquierda, dirección Obón y Mirador del Portillo.
En caso de querer conocer el paraje de los Pozos Boyetes a través de una ruta más corta y sencilla, puedes seguir el camino de la derecha (en 20 minutos llegas a los grabados y en 10 minutos más a los Pozos Boyetes).
Es una opción si vamos con niños pequeños o en días fríos, ya que por este camino no tenemos que vadear el río ni mojarnos los pies.La calle conecta con una calzada empedrada con losas de rodeno y que, dirección Obón, nos conduce al Mirador del Portillo. Estamos inmersos ya en el espectáculo geológico que ofrece Peñarroyas, emplazado en el límite entre los estratos geológicos de la edad paleozoica y las areniscas triásicas del Buntsandstein.
En nuestro camino, veremos el inicio y final de otra preciosa ruta, el barranco de la Cingla, cuyo recorrido puedes ver aquí Qué ver de Peñarroyas al barranco de la Cingla
Llegamos por fin al Mirador del Portillo, un punto magnífico para interpretar los hitos del paisaje gracias a un cartel o simplemente disfrutar del espectáculo cromático que tenemos ante nosotros: el rojo intenso de la arenisca, el verde de la vega del Martín, el azul intenso del cielo…
A los pies del Mirador, de nuevo unas señales nos ofrecen distintas alternativas, en este punto nosotros debemos seguir las indicaciones hacia «Icnitas de arcosaurio», nuestro siguiente objetivo de ruta y a las que llegaremos en 10 minutos.
Aquí la senda es más estrecha y polvorienta y un poco más adelante se bifurca en dos: seguimos la senda de la derecha, de nuevo dirección a las icnitas, no tiene pérdida.
El sendero desciende poco a poco y cada vez tenemos más cerca el río Martín, incluso comenzamos a escuchar su rumor, adivinamos desde arriba el abrupto cañón que el río ha creado en su discurrir y hacia donde nos encaminamos.
Antes de alcanzar el cauce, nos topamos con otro punto interesante en ruta: las icnitas de arcosaurio. Se trata de un yacimiento musealizado de huellas de dinosaurio de época del Triásico realizadas por un reptil conocido como Ticinosuchus, que habitó hace unos 245 millones de años.
Hasta este punto hemos contado con la ayuda de las señales amarillas de Senderos Turísticos de Aragón, pero desde aquí, van a ser otras las pistas que seguir, desde este punto debemos aumentar la atención.
De momento, la senda continúa su descenso, no la dejaremos hasta llegar al cauce del río, que cada vez tenemos más cerca.
En esta parte del recorrido, las señales consisten en unos postes de madera de sección cuadrada con el extremo pintado de rojo. Son postes antiguos de señalización de la ruta de las Peñas Royas, cuyo cartel hemos visto en el parking, y aunque escasos y faltos de mantenimiento, nos van a servir para orientarnos en adelante.
Prosigue el camino en bajada hacia el río Martín hasta que llegamos a su nivel y comenzamos a avanzar en paralelo, remontando su cauce por la orilla.
Nos sorprende la altura de la maleza, después de un mes de junio lluvioso, con presencia de alguna zarza que araña la piel y nos cuesta distinguir bien el sendero. También encontramos varios troncos caídos en medio del camino que nos obligan a saltarlos o pasar por debajo.
En algún punto, la ruta nos lleva a separarnos algo más del río, trepando entre pequeños riscos para seguir avanzando.
Es la parte más confusa, una zona en la que son clave los postes de madera con el extremo rojo: si no los ves, recula ligeramente hasta encontrarlos. En cualquier caso, recuerda que el sendero transcurre junto al río Martín, que queda a nuestra izquierda, esto te ayuda a orientarte.
En un punto concreto, verás unas señales de madera de ruta (te pongo foto), es el hito que te dirá que vas por el buen camino, a partir de aquí todo estará más claro.
La sensación que nos ha dejado este tramo que acabamos de recorrer es de un camino poco transitado y que necesitaría más mantenimiento.
Comienza la parte más bonita y divertida, estamos ya inmersos en el cañón de paredes rojas y avanzando junto al cauce, a pocos centímetros del agua.
La senda nos obliga a cruzar el río en varias ocasiones: no hay puentes ni bloques de piedra colocados para ello, así que toca descalzarse y mojarse los pies; mi consejo es que lleves en la mochila unas sandalias de agua o escarpines. Para tu tranquilidad, en verano y en circunstancias normales el cauce no pasa de tu rodilla y es una experiencia muy agradable, el lecho del río no resbala y está bastante planito, a pesar de ello, precaución.
Por fin llegamos a la zona conocida como Pozos Boyetes, un ensanchamiento junto al río donde una serie de desprendimientos de rocas ha creado un caos maravilloso de enormes bloques caídos sobre el agua, es sencillamente precioso.
Es el lugar perfecto para descansar, comer algo, deleitarse con el paisaje o incluso pegarse un baño en una de las pozas que se forman entre las rocas ¡inolvidable!.
Para superar este caos de rocas y seguir avanzando en la ruta, a la derecha arranca un camino empedrado. Hay que estar atento porque su inicio casi no se ve: os dejo una foto de Ismael señalando el punto, tras ese enorme bloque de piedra.
Pronto verás el senderito, que empieza a ascender y que nos ofrece una panorámica de los bloques de arenisca, el bosque de ribera desde arriba y una torre palomar un poco más adelante. A partir de aquí, las señales que nos ayudan a seguir el camino son las marcas de pintura blanca y amarilla, ya no hay confusión posible.
Tras un pequeño tramo se alcanzan los grabados rupestres que también reciben el nombre de Grabados de los pozos Boyetes. Están protegidos con una valla pero, a pesar de ello, se distinguen muy bien gracias al cartel que nos ayuda a localizarlos.
Peñarroyas se encuentra dentro del Parque cultural del río Martín, un espacio que posee el distintivo de Itinerario Cultural Europeo gracias al conjunto de pinturas rupestres que alberga, declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Muy pronto divisamos ya las casas de Peñarroyas, llegamos al pueblo a través del barrio de las eras, hoy prácticamente abandonadas y en muchos casos empedradas con losas de rodeno. Hemos completado una ruta fácil y que nos ha regalado paisajes maravillosos.
Otras rutas senderistas desde Peñarroyas
Como ya he comentado, desde esta localidad de Cuencas Mineras parten otras rutas que Punto de partida Aragón ha realizado en otras ocasiones:
De Peñarroyas al Barranco de la Cingla
Es una ruta circular de unos 8 km, con salida y llegada en Peñarroyas, que nos lleva a conocer un pequeño hocino, el estrecho abierto entre los peñascales rodenos que ha tallado el barranco de la Cingla.
Está recogido entre los de Senderos Turísticos de Aragón con la denominación PR-TE 118 y, por tanto, perfectamente señalizado.
Puedes leer la ruta completa en nuestro artículo Qué ver de Peñarroyas al Barranco de la Cingla
De Peñarroyas a Obón, un recorrido por los cañones del río Martín
Por Peñarroyas discurre el GR 262, uno de los grandes senderos de Aragón que sorprende desde el punto de vista paisajístico, natural y cultural.
Peñarroyas es el punto de llegada de la tercera etapa (Montalbán – Peñarroyas) y de salida de la cuarta (Peñarroyas – Obón). Nuestra propuesta es que recorras precisamente esta última etapa, posiblemente una de las más atractivas y con más variados puntos de interés: formaciones geológicas, huellas de dinosaurios, pasarelas colgadas sobre el río y conjuntos de pinturas rupestres.
En nuestro artículo De Peñarroyas a Obón, un recorrido por los cañones del río Martín tienes todos los detalles.
Qué ver en Montalbán
Montalbán es la capital histórica de las Cuencas Mineras y uno de los lugares hasta los que, según el Cantar del Mío Cid, llegó el Cid en sus correrías.
Para llegar a Peñarroyas, necesariamente tenemos que pasar por Montalbán y, desde luego, merece la pena reservar una parte de la jornada para dar un paseo por este pueblo de pasado medieval.
Camina por sus calles y descubre sus pisos en voladizo, sus callejones cubiertos, los restos de su muralla y sus portales. Hacia el oeste, el Portal de Daroca, sobre el que descansa un cubo de la muralla y una torre cuyo interior se destinó a cárcel de la villa. Al norte el Portal de la Rambla, con el barrio de la judería, y al final de la calle el Portal de Santa Engracia, con sus portones de madera testigos de su función.
Sube al Mirador de la Era de la Cruz y tendrás una fantástica panorámica de Montalbán, con su iglesia emergiendo sobre los tejados.
Precisamente su templo, la Iglesia de Santiago (s. XIII-XIV), llamará tu atención, es uno de los monumentos mudéjares más bellos y más interesantes de Aragón.
Durante los meses de julio y agosto y en fechas destacadas como puentes de Semana Santa y Navidad, Montalbán mantiene abierta su Oficina de Turismo con ayuda de sus voluntarios y, si te acercas, te informarán de la posibilidad de hacer una visita guiada a la iglesia y al Torreón de la Cárcel, hoy Centro de Interpretación, ambas visitas fantásticas y absolutamente recomendables. El precio es de 5€ por persona.
La Oficina de Turismo de Montalbán está ubicada en la calle Nueva (en la planta baja de la Casa de la Cultura) y su horario de julio y agosto es mañanas, de 10h a 13h / tardes, de 17h a 19h. (lunes cerrado). Si quieres más información su teléfono es 689 777 958 y su correo turismomontalban@gmail.com
www.montalban.es