LA IGLESUELA DEL CID Y FORTANETE, LOS PUEBLOS MÁS MÁGICOS DEL MAESTRAZGO

  • Entre los dos pueblos hay media hora de trayecto en coche, por lo que podemos ver los dos en una misma escapada
  • Esta es una propuesta perfecta para hacer en un fin de semana o un puente de tres o cuatro días. Como mínimo, mi consejo es que dediques al menos un día completo a cada pueblo.
  • Cualquier estación del año es buena para venir, cada una te va a ofrecer paisajes y experiencias diferentes. Al ser pueblos pequeños, a veces no les es posible mantener abiertos todos los días sus monumentos o visitas guiadas. Si vienes en fin de semana, puentes o en los meses de verano, la oferta turística aumenta. Si no puedes venir en estas fechas, no dejes de hacerlo, como contrapartida disfrutarás de la tranquilidad de la zona.
  • Lo ideal es consultar sus webs oficiales de turismo, redes sociales y el apartado Agenda Mágica de pueblosmagicos.es los días anteriores a tu escapada, así estarás al día de horarios de visitas y actividades. Si quieres completar información, la web de la comarca del Maestrazgo es esta turismomaestrazgo.org
  • Aunque la hay, la oferta de alojamiento y restauración no es tan abundante como en otros lugares y alguno de ellos sólo abren en temporada alta. En verano, Semana Santa y puentes esa oferta aumenta, pero mi recomendación es que planifiques bien dónde quieres dormir o comer y reserves con antelación; ya sea por fecha señalada o por viajar en temporada baja, a última hora puede que te sea difícil encontrar sitio.
  • Si quieres tener un listado de lugares donde dormir, comer o comprar su productos, puedes consultar la web de la asociación turística del Maestrazgo que enlazo aquí turismomaestrazgo.com

Aunque no hay constancia documental del paso del Cid por la Iglesuela, varios topónimos, una leyenda y el mismo nombre del pueblo nos habla de su presencia aquí.

La primera referencia a la localidad se encuentra en un documento de donación de 1204 de Pedro II de Aragón a Gascón de Castellot. En 1212 aparecerá ya citada dentro de los límites de la Bailía de Cantavieja, y se le otorgará la Carta de población en 1242 por parte de la Orden del Temple. Tras la disolución del Temple, pasa a manos de la Orden de San Juan del Hospital, señores del territorio durante quinientos años.

El núcleo urbano que hoy conocemos surge en el siglo XIII, cuando la villa pasó a ser propiedad del Temple y tras la desaparición de esta orden de caballería, a la del Hospital.

En los siglos XVI y XVII las familias nobles, enriquecidas con el comercio de la lana, construyen numerosos palacios y casas señoriales de estilo renacentista, como Casa Aliaga, siendo esta la época de mayor esplendor de la localidad.

Durante las Guerras Carlistas del s XIX, La Iglesuela también se ve afectada por los enfrentamientos entre carlistas y liberales. Un momento importante es la visita del pretendiente Don Carlos V al Maestrazgo, que se alojó en la Casa Blinque a principios de agosto de 1837.

La carretera atraviesa el pueblo y, tras aparcar, de manera casi intuitiva nos adentramos en el pueblo por la calle San Pablo. Esta calle tiene imán, no se explicarlo, pero todas las veces que hemos estado, nuestro paseo ha comenzado por aquí.

Lo cierto es que es el punto de partida perfecto para conocer el pueblo y nos regala una primera imagen maravillosa: la Torre de los Nublos (s XIII), antigua torre del homenaje del castillo templario, la torre de la iglesia y, a la izquierda, la primera casa palacio que llama nuestra atención, Casa Aliaga, a donde nos dirigimos, porque en su planta baja se sitúa la Oficina de Turismo.

Camino de turismo, pasamos junto a una de las muchas fuentes que tiene la Iglesuela.

En la Oficina nos informan de los lugares de interés y de las visitas guiadas que realizan, que son absolutamente recomendables. Actualmente se hace una al Casco histórico + Casa Aliaga y otra a la Ermita del Cid, no siempre se hacen todos los días de la semana, por lo que es conveniente informarse previamente.

En ocasiones, también se hacen visitas al Centro de Interpretación del Textil y de la Indumentaria, donde se exponen trajes que reflejan la historia de la artesanía textil.

Oficina de turismo de La Iglesuela del Cid: abierta todos los días excepto lunes y domingo por la tarde. Horario habitual: Martes a viernes de 10,30 a 14,00 y de 16,00 a 19,00 / Sábado de 10,00 a 14,00 y de 16,00 a 19,00 / Domingo de 10,00 a 14,00.

📞 964 443 325 / 651 611 731 📧 turismoiglesuela@gmail.com www.turismoiglesuela@wordpress.com

En Turismo puedes hacerte con tu pasaporte de Pueblos Mágicos y sellar una nueva casilla si ya lo tienes. También puedes sellar el salvoconducto del Camino del Cid, ya que estamos en la Ruta del anillo de Morella.

La visita guiada nos va a permitir ver el interior de alguno de los edificios del conjunto, como la iglesia, la cárcel o Casa Aliaga, la localidad fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1982.

Un arco abierto entre la base de la torre de la iglesia y la de los Nublos nos permite acceder a una de las plazas más bonitas de Aragón y que reúne más historia en sus edificios.

En la plaza, está la Iglesia de la Purificación, construida en el s XVII sobre la gótica anterior. No me puedo resistir a hacerme una foto en la portada, tengo ya una buena colección, me chiflan las portadas clasicistas. En su interior, destaca la talla románica de la Virgen del Cid, del siglo XII, y la capilla de Nuestra Señora de los Dolores, una joya barroca.

Entre la torre de los Nublos y el campanario se encontraría la Sala Capitular, utilizada hoy como salón de Plenos del Ayuntamiento con sus ventanales góticos ajimezados. En la planta baja se encuentran los antiguos calabozos y mazmorra a los que se puede acceder con la visita guiada.

Frente a la Iglesia parroquial, la Casa del Blinque, sobre cuya puerta se puede observar la TAU templaria. Como ya hemos comentado, en esta casa se hospedaron Carlos V y su séquito en 1837 y posteriormente el general Espartero. Sus generales decían que por su tamaño, mobiliario y decoración no tenía nada que envidiar al mejor palacio.

Ayuntamiento e iglesia desde el pórtico de Casa del Blinque

Al fondo de la plaza, una portada adintelada llama nuestra atención, es la casa Matutano Daudén, excelente ejemplo de arquitectura palacial del siglo XVIII y hoy hospedería.

Sin duda, estamos en uno de los mejores lugares para alojarnos cuando vengamos a la Iglesuela por muchas razones, en primer lugar, por la calidad del establecimiento pero también porque dormir aquí es como formar parte de un pedazo de la historia de la localidad. No lo decimos sólo nosotros, este establecimiento forma parte de los Establecimientos mágicos de Pueblos Mágicos, un grupo de restaurantes, alojamientos, experiencias y comercios que se distinguen por su calidad sobresaliente y autenticidad. Te recomendamos apostar por ellos siempre que visites uno de los pueblos mágicos de España.

Hotel Palacio Matutano Daudén. Puedes hacer informarte y hacer tus reservas a través de su web palaciomatutanodauden.com

En sus inicios perteneció a la familia Daudén, uniéndose más tarde a la familia Matutano. Fueron Sebastián Daudén y su mujer Francisca Oscáriz los que, en 1773, reformaron la casa convirtiéndola en el monumental palacete Daudén, de 1.500 m2. La familia residió en el palacio hasta la década de los 70. El Gobierno de Aragón compró el edificio en 1996, y tras un proceso de restauración, en 1999 se convirtió en Hospedería de Aragón.

Aunque no estés alojado, muy amablemente te permiten acceder a su zaguán, hecho de guijarros de piedra, y admirar la escalera imperial de dos brazos con el escudo de la familia.

Esta gran escalera de estilo rococó preside el hall y fue construida en madera de pino, con celosía típica del Maestrazgo. Nunca se ha restaurado por lo que se conserva tal y como era cuando se construyó el palacio. Los señores entraban por la puerta principal de la calle Ondevilla y se encontraban de frente con esta gran escalera, que se conoce con el nombre de “la escalera del ruedo”, ya que se puede subir por ambos lados, que se juntan en la parte superior, permitiendo dar “la vuelta al ruedo” ¿No te parece impresionante?

Escalera del Palacio Matutano Daudén

Precisamente es por la calle Ondevilla por donde seguimos nuestro paseo admirando sus casas solariegas, sus detalles de cantería y sus forjas originales en puertas y ventanas, como la situada en el nº 12, con su puerta en arco y el intradós decorado por una bella cenefa vegetal, con flores y tallos.

Bajamos hasta el Barranco del Canto, ahora ya no estamos rodeados de palacios, sino de huertos y muros de piedra seca, construcciones ligadas a la agricultura y ganadería y fruto de la ingeniería popular. En La Iglesuela de Cid se conservan en un estado excepcional y han sido declarados Bien de Interés Cultural y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Muros de piedra seca, La Iglesuela del Cid
Muros de piedra seca, La Iglesuela del Cid
Casa Guijarro

Accedemos al interior por la puerta de las caballerías, como si fuéramos el personal de servicio, vemos un suelo pavimentado con guijarros formando dibujos decorativos. Desde esta puerta se da paso a las estancias más humildes y a los almacenes.

Comenzando la visita a Casa Aliaga

Por unas sencillas escaleras llegamos a la cocina moderna, dividida en dos espacios, la cocina del servicio, y el masador o lugar en el que se prepararían los alimentos para su posterior elaboración en la cocina principal.

La cocina moderna

En esta planta, se sitúa un primer salón con chimenea y dos ventanas festejadoras, una alcoba y una estancia usada como despacho con una escalera de caracol que sube directamente a la cocina de la planta noble.

Esta cocina principal, está presidida por una gran chimenea, y dispone de alacenas y armarios para almacenar la vajilla. Aquí se organizaría la comida antes de presentarla en la mesa del salón principal, en la que esperarían los señores.

Cocina principal

El salón noble es el de mayor entidad, con cubierta y suelo de madera y muros pintados con franjas blancas y amarillas sobre un zócalo azul. Cabe señalar la existencia de cuatro lienzos representando a otros tantos emperadores romanos, con la clara intención simbólica de asociar su poder imperial con el poder de la familia Aliaga, precisamente en el lugar en el que se recibía y agasajaba a los invitados. Desde el salón se pasa a la alcoba o dormitorio de los señores. También se accede a la que hoy es sala de té de menor tamaño, aunque de similar importancia social. A ella abre otra alcoba y la escalera por la que se vuelve de nuevo a la planta inferior

Dormitorio de los señores
Sala de té

La última propietaria de la casa fue Concha Martí, quien en 1970 la vendió al Ayuntamiento, deteniéndose allí el tiempo, ya que lo hizo con todos sus enseres. Por ello, el valor de la casa Aliaga, es tanto el de su continente como el de su contenido. Muebles barrocos de gran calidad, una importante colección de piezas utilitarias cerámicas, una excelente colección de grabados y cantidad de curiosidades, como el repertorio iconográfico que reúne el gigantesco biombo forrado con recortes de prensa del XIX.

Recorrer el interior de Casa Aliaga nos permite conocer cómo era una casa señorial del renacimiento aragonés, y también comprender muchos aspectos de la vida cotidiana, la organización social o la economía de la época.

Salimos maravillados de Casa Aliaga, aquí termina la visita guiada, pero no el paseo por la Iglesuela. Es muy recomendable seguir paseando sin rumbo, descubriendo por nuestra cuenta otras joyas arquitectónicas, como la Casa de las Notarias o la Casa de los Agramunt, esta del siglo XVIII, de estilo rococó con portada barroca y escudo heráldico.

A unos 3 km del casco urbano se sitúa el Santuario de la Virgen del Cid, construida en 1546 aprovechando una anterior y un antiguo monumento funerario íbero-romano. En su interior se mezclan los estilos gótico y barroco, con pinturas murales decorativas del siglo XVIII.

Si disponemos de más tiempo, podemos disfrutar de alguno de los senderos de su entorno, como el PR-TE 70 o «Ruta de la piedra seca», con kilómetros de paredes realizadas con esta técnica, un patrimonio excepcional que en La Iglesuela del Cid tiene uno de los mejores ejemplos de Aragón.

El origen del pueblo de Fortanete está en la Edad Media. En el año 1202 Pedro II, rey de Aragón, donó el castillo y villa de Fortaner a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, pasando así a formar parte del señorío de dicha orden militar.

Fue un lugar de frontera durante la reconquista y de esta época se conserva el castillo que corona la villa y restos de la muralla que rodean el caserío.

Los siglos XVI y XVII fueron periodos de prosperidad económica, gran parte del patrimonio monumental del pueblo pertenece a esta época, como la casa consistorial, la iglesia parroquial, casas solariegas o sus ermitas, creciendo también en número de población.

El siglo XIX es una época convulsa, como en todo el Maestrazgo, las guerras carlistas dejaron una profunda huella en Fortanete.

Llegar a Fortanete ya es un espectáculo, el municipio está situado entre sierras, valles, montañas, barrancos y prados, a 1353 metros de altitud. Por si esto no fuera suficiente, una vez en el pueblo nos espera un legado patrimonial interesantísimo.

Comenzamos por la gran Plaza de la Iglesia, que reúne los dos edificios más importantes, la iglesia y el ayuntamiento, curiosamente una junto al otro, algo que nos recuerda que en otra época existía una fuerte relación entre los poderes religioso y civil.

La Casa consistorial es un gran edificio del siglo XVI construido en mampostería y algo de piedra sillar. Como es habitual en muchos pueblos de la provincia, en la planta baja se sitúa la lonja, con tres arcos de medio punto.

Siempre nos ha llamado la atención los tres elementos policromados que decoran la fachada, un reloj de sol, un escudo regio que perdió su heráldica central y un escudo conmemorativo. Éste está dedicado a Miguel Jerónimo Molina, nacido en Fortanete el 7 de octubre de 1638 y que fue obispo en Malta y en Lérida.

Iglesia y Casa consistorial

En la planta baja de este edificio se ubicaban en otro tiempo las carnicerías, la cárcel y el almacén del pueblo. En su lonja se celebraba el mercado, por lo que imaginamos un espacio bulliciosa y lleno de vida en esos momentos, sobre todo en los siglos XVI y XVII, cuando la población de Fortanete aumentó considerablemente.

Aquí también encontramos la Oficina de Turismo, visita obligada para que nos informen y sellar nuestro pasaporte de Pueblos Mágicos. También es el lugar donde comienzan las visitas guiadas que se suelen realizar sobre todo en Semana Santa y los meses de verano.

Para estar enterados de sus periodos de apertura y horarios, en el caso de Fortanete, os recomiendo seguir su cuenta de Instagram, @ofi.turismo.fortanete porque es ahí donde lo publican. Una vez enterados de los días es conveniente contactar con ellos para estar bien informado de la hora y reservar la visita guiada, muy recomendable, porque además de aprender mucho, nos abrirá las puertas de la iglesia, del ayuntamiento y de la cárcel.

Oficina de Turismo de Fortanete: 📞 689 85 90 38 📧 turismofortanete@gmail.com www.fortanete.net

Tenemos un cariño especial a Fortanete porque allá por 2021 aquí descubrimos por primera vez la red de Pueblos Mágicos de España, aquí nos dieron el pasaporte y aquí lo sellamos por primera vez, sin saber que unos años después nos convertiríamos en Colaboradores Oficiales y estaríamos tan orgullosos de formar parte de la familia mágica.

Aquí comenzó nuestra aventura mágica

Gracias a la visita guiada accedemos al gran salón de plenos ubicado en la primera planta del edificio, con alfarje de madera, y visitamos también la cárcel, una de las joyas del patrimonio de Fortanete y, en mi opinión una de las más interesantes del Maestrazgo.

La cárcel de Fortanete

La cárcel municipal de Fortanete es un conjunto de cinco dependencias. Ya en su origen estas salas fueron diseñadas como lugar de reclusión, lo cual queda demostrado tanto por la disposición de las habitaciones, a las cuales se accede por estrechos pasillos, como por el diminuto tamaño de las ventanas protegidas por rejas.

A diferencia de otras cárceles de la zona, compuestas tan sólo por un pequeño habitáculo, la de Fortanete destaca por su tamaño, con diversas dependencias tanto para guardas como para reclusos, incluso con una mazmorra subterránea. A este foso se accede por una apertura de pequeño tamaño en el suelo por la que se descolgaría a los reos con delitos más graves o con mayor riesgo de fuga, sobrecoge sólo asomarse.

Cárcel, estancia con foso

Este edificio ha sido prisión muchas veces durante la historia de Fortanete y los más mayores aún recuerdan el uso que tuvo durante la Guerra Civil y en las represalias del bando vencedor en la postguerra.

De aquellos que fueron condenados quedan sus grabados y dibujos en paredes y techos, símbolos de su desesperanza y agonía: aves que simbolizan sus ansias de libertad; árboles, especialmente pinos y chopos que son los que abundan por aquí; hombres esquemáticos, distinguiéndose muy bien un militar; símbolos religiosos, especialmente cruces, que servían como elementos para la oración y penitencia de los reos; rayas para llevar la cuenta de los días restantes de condena e inscripciones con fechas, nombres y un elocuente «est injusto»

Inscripciones de los reos

La Iglesia Parroquial de la Purificación es un templo barroco de tres naves construido en la segunda mitad del siglo XVII.

Especialmente bonitas son sus cubiertas: bóvedas de cañón con lunetos para las naves, crucero con cúpula de media naranja sobre pechinas y terminación de los brazos del crucero y los pies de la nave central en forma de concha.

También es interesante la decoración de carpintería en puerta, entablamento del coro y puerta de la sacristía. Fue declarada bien de interés cultural en 2001.

Iglesia Parroquial de la Purificación, Fortanete

El resto del paseo lo dedicamos a pasear con calma, Fortanete se encuentra excepcionalmente bien conservado, el entramado urbano no ha sufrido excesivas modificaciones en el siglo XX y las casas en general han sido restauradas con buen gusto y de forma acorde a su entorno, conservando muchas de ellas sus rebocos y encalados originales.

Es un placer ir viendo los muchos ejemplos de arquitectura popular entre los que destacan casas solariegas con nombre propio, como la Casa de los Duques de Medinaceli o de los Aragonés, casa nobiliaria del último tercio del siglo XVI con fachada rematada con alero de madera de gran vuelo, al estilo de las casas-palacio renacentistas del Maestrazgo.

Nos encanta su balcón renacentista, con dos pilastras, entablamento y frontón.

Casa de los Duques de Medinaceli o de los Aragonés

Casi frente a la Casa de los Duques de Medinaceli está la Casa de los Escorihuela, casa señorial del siglo XVII con su puerta principal en arco de medio punto compuesto de estrechas y numerosas dovelas.

Puerta de Casa de los Escorihuela

A mi siempre me intriga Casa Tonda o del Marqués de Villasegura, sin duda uno de los edificios civiles más notables del patrimonio arquitectónico de Fortanete y que en su última etapa fue Casa cuartel de la Guardia civil.

Se trata de una casa enorme formada por varios edificios que se fueron anexionando y que incluye un patio con barbacana con su leñera y pozo de agua, cochera, ermita privada,… La construcción más antigua se corresponde con el periodo gótico y tiene su fachada confrontando con los pies de la iglesia y su torre.

Pero quizás lo más destacado de la casa es la techumbre mudéjar probablemente del siglo XVI que cubre una pequeña sala y que se encuentra muy bien conservada. De momento, no hemos podido verla, pero siempre he pensado que sería maravilloso que esta casa se acondicionara y completara el patrimonio visitable del municipio.

Si asciendes por sus calles hasta la parte más alta, encontrarás los restos del castillo.

Paseando por la parte alta de Fortanete

El agua que discurre bajo el puente es la del río Pitarque. ¿Te suena? el Monumento Natural del Nacimiento del Río Pitarque es uno de los parajes más bellos de Aragón y está junto la población del mismo nombre.

No es muy conocido que el verdadero nacimiento del Pitarque se encuentra en Fortanete, pero su caudal desaparece nada más nacer y discurre subterráneo hasta volver a aflorar en Pitarque de esa forma tan bella y caudalosa.

¡Nos encanta el puente de Fortanete!

Termina aquí nuestro recorrido por La Iglesuela del Cid y Fortanete, pero si quieres conocer otros pueblos de la red de Pueblos Mágicos, puedes visitar nuestra sección del blog donde te descubrimos alguno de los que ya hemos visitado y otros planes maravillosos en torno a ellos.

Deja un comentario