Ruta hasta las piedras más enigmáticas de la Hoya de Huesca
Hay lugares difíciles de explicar, tanto por su misterioso origen como por las sensaciones que nos transmiten cuando estamos en ellos. Hoy, os contamos cómo llegar hasta la Piedra de los Moros, una mole rocosa cargada de enigmas.
La Piedra de los Moros se encuentra en Ayera, un pequeña localidad muy cercana a Huesca, y es un lugar mágico, declarado Bien de Interés Cultural en 2023 en la categoría de conjunto de interés cultural y zona arqueológica.
Cómo ir a la Piedra de los Moros
Llegaremos hasta Ayera con nuestro vehículo y aparcaremos en el pueblo. Esta localidad está a tan sólo 13,5 km de Huesca capital.
Es un pueblo de la Comarca Hoya de Huesca que pertenece al municipio de Loporzano del que dista 2,8 km.
Para llegar a la Piedra de los Moros, seguiremos una fácil ruta a pie, de tan sólo 2,2 km (sólo ida) y que está perfectamente señalizada.
Ayera
En nuestra ruta en coche hasta aquí nos ha llamado la atención la silueta del Castillo de Montearagón, robusta fortificación del siglo XI, mandada construir por el rey aragonés Sancho Ramírez, y que sirvió para reconquistar la plaza musulmana de Huesca en 1096.
Estamos en el Abadiado de Montearagón, un territorio asociado a este castillo que aunaba carácter religioso y militar. Y es que el rey fundó un monasterio de canónigos regulares bajo la regla de San Agustín y con la presencia de un Abad. El Abadiado fue adquiriendo un gran número de territorios llegando a poseer en el siglo XV términos tan alejados como Angüés o Biscarrués. Pese a haberse
ido desprendiendo de algunos de sus territorios, su gran poder y extensión se mantuvo hasta la
desamortización de Mendizabal en 1835.En nuestros días esa unión y ese recuerdo del pasado pervive, extendiéndose por las tierras del este de
Montearagón incluyendo los municipios de: La Almunia del Romeral, Ayera, Bandaliés, Barluenga, Castilsabás, Chibluco, Loscertales, Loporzano, San Julián de Banzo, Santa Eulalia la Mayor, Sasa del Abadiado y Sipán.
Una vez aparcado el coche, nos damos un paseo por la localidad de Ayera.
El caserío rodea la iglesia parroquial, dedicada a San Miguel, una construcción del siglo XVII con su torre rematada con chapitel, como muchas de las que vemos en la zona.
A pesar de lo diminuto del pueblo, las casas se distribuyen en torno a tres amplias plazas y en ellas, encontramos la arquitectura típica del Somontano oscense, con predominio de la piedra sillar, puertas abiertas en arcos de medio punto dovelados, detalles de forja y escudos nobiliarios.
Ermita de San Esteban
Para llegar a la Piedra de los Moros, partimos de la entrada del pueblo, donde encontramos la primera de las señales que nos indica R2 – Piedra de los Moros.
El camino está señalizado con indicaciones de color verde que corresponden a una serie de Rutas Familiares por el Abadiado de Montearagón de la Red Natural de Aragón de la zona del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. Por esta razón, no tendremos problema en seguir el camino.
A tan sólo unos 200 m. del pueblo y junto al Camino Natural de la Hoya de Huesca, que une Casbas con Santa Eulalia, nos encontramos con la primera sorpresa del recorrido, la ermita de San Esteban.
Esta modesta ermita, construida entre los siglos XIII y XIV, se alza sobre un tozal al que podemos ascender cómodamente por unas escaleritas de madera. Si miras a tu alrededor, verás grandes bloques de arenisca que se han ido desprendiendo de la mole rocosa.
En origen, la ermita tendría techumbre de madera, en la actualidad derruida, que estaría soportada por tres arcos apuntados que arrancan desde el suelo y que son los únicos que resisten hoy en día. Presenta cabecera recta orientada al este, altar de piedra adosado al muro del testero y acceso en arco de medio punto de dovelas lisas abierto en el muro sur.
En la piedra que se asienta la ermita, rodeándola por completo, vemos varias tumbas antropomorfas y los restos de dos silos. Varias carrascas crecen en los huecos de la roca y nos llama especialmente la atención una que se ha abrió paso entre las piedras de la cabecera de la ermita.
La Piedra de los Moros
Para continuar hasta la Piedra de los Moros, tenemos que coger el camino que parte a la izquierda del montículo de la Ermita (dejamos la ermita a nuestra derecha, en la foto, Ismael os indica la dirección)
¡Atención! hay señales, pero precisamente la de Piedra de los Moros ha desaparecido, esperemos que la hayan repuesto cuando vayas tú.
Desde aquí, sólo tenemos que recorrer unos 1.500 metros por un camino llano entre campos de cereales y bosques de encinas. Al fondo, divisamos la ladera donde se asienta Santa Eulalia la Mayor.
Recordamos con Ismael aquel día de verano en el que visitamos ese interesante enclave junto con otros lugares cercanos: el Castillo de Montearagón, la Ermita de San Miguel de Barluenga y la Ermita del Viñedo de Castilsabás. Si quieres leer el artículo, puedes hacerlo aquí Un día de puertas abiertas por la Hoya de Huesca: Quicena, Barluenga, Castilsabás y Loporzano.
Lo hicimos con las visitas guiadas que cada verano organiza la Comarca llamadas «Puertas abiertas en la Hoya de Huesca», una oportunidad para ver monumentos normalmente no accesibles al gran público y que esperamos que se repita de nuevo este verano.
El paseo es muy agradable y caminamos hasta encontrar la siguiente señal. Atravesamos un pequeño carrascal, un trayecto corto pero mágico. Después, cruzamos un campo de cultivo y ahí, en medio de otro pequeño bosque de carrascas, se encuentra la Piedra de los Moros.
La Piedra de los Moros es un conjunto pétreo manipulado por el hombre en el pasado y que se ha relacionado con ritos asociados a la fertilidad.
Recorremos el conjunto con calma y vamos descubriendo los distintos elementos. En primer lugar, una gran piedra en forma de falo. Si la miramos por su cara oeste, además, podemos ver que está atravesada de arriba abajo por una grieta que podría simular ser una vulva.
Junto a la piedra fálica tenemos otra mole pétrea en la que hay una pequeña cavidad excavada que permite la estancia de una persona en cuclillas, algo que comprobé personalmente.
Esta mole tiene, un poco más adelante, unos escalones tallados en la misma roca que nos permiten subir a la parte más alta. Nos encontramos con la superficie plagada de bocas de silos de distintos tamaños, muchos de ellos comunicados entre sí. Estos depósitos servirían para almacenar las semillas destinadas a ser sembradas en el siguiente ciclo agrícola.
El conjunto fue dado a conocer por Manuel Benito Moliner, un etnólogo, escritor y divulgador de la cultura e historia de Aragón, quien lo describió como la catedral de la fecundidad.
Para él, era un lugar donde se acercaban las mujeres que querían quedarse embarazadas, quienes se colocarían en cuclillas en ese hueco, de forma que su vulva quedara enfocada hacia la tierra, contagiándose del poder fertilizador, tanto de la roca como del interior de la tierra.
Del mismo modo, Según Manuel Benito, este cillero no formó parte de ningún castro ni hábitat, sino que el grano se llevaría anualmente con el fin de que tomara de la piedra el poder fecundante.
Piedra de los Moros – Ayera – Piedras sagradas (piedras-sagradas.es)
Lo cierto es que la Piedra de los Moros, hasta el día de hoy sigue sin ser estudiada en profundidad. Nosotros no somos expertos, pero hemos recorrido ya unos cuantos lugares y te aseguramos que este es enormemente interesante y tienes la sensación de estar en un enclave realmente especial.
Nuestro amigo Pablo Vallés, de Huesca Naturaleza, hace visitas guiadas de vez en cuando. Nos encantaría conocer sus teorías que seguro son notables. Puedes consultar su web www.huescanaturaleza.com o su cuenta de Instagram para enterarte de cuándo las realiza.
Paseamos maravillados sobre la roca, esquivando los orificios hasta llegar al final, donde están las cías de mayor tamaño. En esta parte, una enorme porción de roca se desprendió, creando un privilegiado balcón en el que estuvimos un buen rato alucinando con las vistas.
Si quieres observar este espectacular desprendimiento, cuando desciendas de la roca, acércate a la base de la cara sur para ver su magnitud. Pero antes te voy a contar una leyenda…
www.piedras-sagradas.esDice la leyenda que un rey moro vivía en Santa Eulalia y que tenía a su hija encerrada en la torre. El padre quería que la hija se casara con un hombre que él había elegido y la hija no quería. Para presionarla la encerró en la torre. La hija del rey moro, harta de padecer tanto encierro, y decidida a no aceptar la decisión de su padre escapó de aquella torre y lo hizo dando un gran salto, viniendo a caer aquí, a la Piedra de los Moros. Su salto quedó grabado en las rocas dejando dos huellas y, además, dejó su poder fecundante impregnado en estas rocas.
Te reto a encontrar sus huellas en la superficie de la roca, eso sí, sólo uno de sus pies tiene forma definida de huella humana.
Nos ha fascinado este lugar y sentimos que, si algún día se estudia en profundidad, las sorpresas serán muchas. Volvemos a Ayera con una energía especial y dispuestos a recorrer muchos más pasajes de esta parte de la provincia de Huesca.