VILLARLUENGO Y EL SENDERO DEL POZO DE INVIERNO

La ruta de hoy lo tiene todo. Parte de Villarluengo, en la comarca del Maestrazgo, es circular, no es excesivamente larga (sólo unos 4,5 km) y apta para todos. Lo mejor: nos lleva al río Cañada y a sus pozas y saltos de agua cristalina.

Villarluengo se sitúa sobre un escarpado promontorio en pleno Parque Cultural del Maestrazgo. Atesora un rico patrimonio, como su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento, del siglo XVI, y su arco de muralla. Además, está rodeado de parajes de gran belleza, entre ellos los Órganos de Montoro, que podrás conocer en una ruta que parte de Montoro de Mezquita, pedanía de Villarluengo y muy próxima a la localidad. Si la tienes pendiente, puedes leer mi entrada Los Órganos de Montoro y el estrecho de Valloré.

El paseo por sus calles te llevará al Balcón de los Forasteros. Es un excelente mirador desde el que admirar el cortado en el que termina el pueblo y adivinar por dónde va a transcurrir nuestra ruta, junto al río Cañada y los bancales que antiguamente eran huertas y el camino que los habitantes usaban para llegar hasta ellas.

Vistas desde el Balcón de los Forasteros

No te pierdas el lavadero, en la parte alta del pueblo. Ya he comentado en alguna ocasión que los lavaderos me encantan y este es particularmente original por su sucesión de pilas iguales, talladas en grandes bloques de piedra.

Lavadero de Villarluengo

Cuando topes con el arco de muralla, estarás muy cerca del inicio del sendero. Siguiendo la calle que lo atraviesa hacia abajo encontrarás el primer cartel que te indica que vas a recorrer el PR-TE 66.

El primer tramo del camino transcurre por una vía empedrada, ancha e impresionante. Me hace pensar en el trasiego que debió tener en el pasado, camino para llegar a los molinos y los campos de cultivo y el contraste con la actualidad en la que está descuidada, con la maleza creciendo a su antojo. Muy pronto pasamos junto al precioso Crucero de la Pileta, hoy casi oculto por un ciruelo silvestre.

Tras un cuarto de hora, localizamos el primer cruce. Lógicamente tomaremos la dirección hacia «Pozo del Invierno y Pozo La Sulsida», caminando junto al río Cañada, que queda a nuestra derecha al fondo del barranco. A partir de aquí ya no te vas a tener que preocupar por la orientación, sólo hay que seguir las marcas blancas y amarilla, hay cientos de ellas, y los carteles de madera perfectamente indicados cuando encontramos una bifurcación.

La senda que tomamos ahora está empedrada en algunos tramos y rodeada de vegetación. Pasa junto a los bancales que en tiempos se trabajaban, desde luego el agua la tenían cerca. Sólo tenemos que seguirla para llegar a la zona de los pozos. Primero los divisamos desde arriba, en forma de abertura por la que se ve discurrir el río más embravecido que hasta ahora.

Unas señales de madera nos indican que podemos coger la senda que baja al Pozo de Invierno, el primero que nos encontramos, y verlo también desde abajo.

Pozo de Invierno

Si queremos ver los otros pozos, tenemos que regresar a la senda principal y seguir las indicaciones. En unos 10 minutos alcanzamos el Pozo de la Sulsida y en otros tantos llegaremos al Pozo de la Zarzina.

Indicaciones al Pozo de Invierno y Pozo Sulsida

A nosotros nos encantó el Pozo de la Sulsida y es el que escogimos para comer y pasar las horas centrales del día. Esta vez hemos venido en verano, en un día muy caluroso, lo que nos permite bañarnos y trepar de poza en poza. El agua está increíblemente fría, pero el entorno es alucinante y bañarse aquí, con las debidas precauciones (en el fondo hay barro, hay que tener cuidado con eso), es algo que no se olvida fácilmente.

Pozo de la Sulsida
Baño en el Pozo de la Sulsida

La parte negativa de venir en verano es el calor. Te recomiendo escoger muy bien las horas del día en la que haces los trayectos, sobre todo la vuelta, si no lo haces así, esta puede ser un infierno. Una buena opción es pasar el día en uno de los pozos, con algo de comida, un buen libro o simplemente disfrutando del paisaje. En cualquier caso, es imprescindible llevar agua, algo para cubrir la cabeza y crema solar.

Para completar la ruta circular debemos volver al Pozo de Invierno. En la otra orilla del río vemos las marcas de ruta, por lo que tenemos que cruzarlo. Toca saltar de piedra en piedra o, si es verano, pasarlo tranquilamente por el agua.

Un poco más adelante, desde el campo abandonado que te enseño en la foto tendrás una vista preciosa del Pozo de Invierno desde arriba. Merece la pena asomarse, eso sí, con muchísima precaución porque la caída es vertiginosa.

A partir de aquí el sendero se va separando del río, en una zona repleta de carrascas, casas de labranza abandonadas y bancales que, desgraciadamente, se van cayendo poco a poco, lo que hace a veces un poco complicado seguir la senda de forma cómoda. A pesar de ser una ruta preciosa, en esta parte tenemos la sensación de que no es muy frecuentada y, desde luego, que hoy en día no tiene nada de mantenimiento.

Pronto caminaremos con las vistas de Villarluengo en lo alto de la roca, a nuestra derecha. El camino se vuelve empedrado al final y nos lleva hasta el Puente de la Hoya, el cual cruzamos. Al otro lado, está el camino que, en constante ascenso, nos lleva de nuevo a las calles del pueblo.

Camino de vuelta ya con la vista de Villarluengo en lo alto
Puente de la Hoya

Si aún no has recorrido el pueblo, este puede ser un buen momento para hacerlo, merece la pena. Al menos en verano, hay dos bares abiertos donde poder reponerte del esfuerzo y comentar lo increíble del recorrido que acabas de hacer. Nosotros lo hicimos, comentando lo sorprendente de haber estado absolutamente solos en todo el recorrido, mientras hay lugares abarrotados de gente, pero esto es algo que nos ocurre a menudo.

Si has llegado hasta aquí en la lectura y te has decidido visitar Villarluengo después de leerme, te agradecería que me dejaras un comentario, sería para mi un pequeño aliento para animarme a seguir escribiendo.

DISTANCIAS HASTA EL INICIO DE LA RUTA
Zaragoza 158 km
Huesca231 km
Teruel101 km
Distancia desde las tres capitales de provincia

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