VILALLER, UN PUEBLO MÁGICO QUE ENAMORA

Mucha gente considera Vilaller un pueblo de paso, la típica localidad atravesada por una transitada carretera camino a otros lugares, en el que no sólo se para a echar un café rápido o abastecerse de lo necesario.

Lo sorprendente es que a muy pocos metros de esa carretera está el casco histórico de Vilaller con muchos elementos de interés esperando a ser descubiertos y dejarte maravillado.

La calle del ayuntamiento termina en una pequeña plaza, donde encontramos la Iglesia de San Clemente, un templo neoclásico construido en el siglo XVIII, su campanario octogonal es visible desde casi cualquier lugar de la villa.

Iglesia de Sant Climent

Frente a ella, un portal bajo junto al que leemos «Vila closa» da paso al Vilaller medieval. Sin duda, es la parte más sorprendente, declarada Bien Cultural de Interés Nacional en la que paseamos por calles empedradas, estrechas, empinadas, en ocasiones con escaleras, atravesamos portales sobre los que se construyeron las casas y donde reina una paz absoluta, sin vehículos, un lugar difícil de encontrar hoy en día.

Entrando a la Vila Closa medieval
Los pasos elevados de Vila closa

El origen de la Vila closa de Vilaller está en el siglo XIII, cuando la población, hasta entonces dispersa por el territorio, se agrupa para ponerse bajo la tutela del barón de Barravés, un señor fuerte que les defendería en caso de ataque. Vilaller se convierte así en una villa segura y próspera, rodea por una muralla formada por las mismas casas y cerrada con cuatro puertas.

Paseando por la Vila closa nos encontramos con el único tramo de esa muralla, del siglo XII, con portal que se conserva y que no forma parte de los muros de las casas.

En su interior del Vilaller antiguo también está la cárcel, del siglo XVII, y considerada la prisión más antigua de Lleida.

Muralla
Cárcel

Saliendo de la Vila closa por el extremo opuesto al que hemos entrado, nos encontraremos con el valle del río Noguera Ribagorçana, el cual escuchamos fluir rebosante de agua tras días de tormentas y lluvias copiosas .

Antes de acercarnos a su ribera, llama nuestra atención el Olmo del Trinquet, milenario y hoy catalogado como árbol monumental. En torno a este árbol se congregaba a las autoridades locales para celebrar el Consejo General y jurar homenje y fidelidad al barón de Barravés.

Olmo del Trinquet

El Puente Viejo, del siglo XVII, sólo conserva uno de sus tres ojos, ya que los otros dos quedaron destruidos por una gran riada que afectó al pueblo en 1963. Hoy es un pequeño balcón al río.

A su lado, un puente metálico más moderno permite cruzar el río, hoy se ha convertido en un Puente de los enamorados, donde dejamos el candado de Punto de Partida Aragón, como una pequeña declaración de amor a Vilaller.

Tras cruzar el río, si te diriges a la izquierda, encontrarás los resto del Molino harinero de los siglos XVI-XVII

Puente viejo

La margen derecha del río es una zona de paseo en plena naturaleza, en ella está el inicio de alguna de las rutas senderistas señalizadas y también el camino a la ermita de Riupedrós, que junto con la ermita de San Mamés y la de San Antoni, conforman el conjunto de ermitas del pueblo.

Ermita de Riupedrós

Otro lugar al que nos acercamos fue hasta el Cementerio Viejo, su tapia está decorada con trencadís, ornamento típico del modernismo a base de fragmentos cerámicos y azulejos rotos.

Mirador astronómico

Otro de los encantos de Vila closa es ir ascendiendo por las callejuelas hasta llegar a alguno de sus miradores.

En la parte alta, conocida como el Cap de la vila, se encontraba el castillo, del que no queda ningún resto, hoy es un Mirador con vistas al valle y, de noche, a las estrellas, ya que es también un mirador astronómico.

El pueblo de Vilaller dispone del primer mirador astronómico del Alt Pirineu. Este punto incorpora un atril interpretativo panorámico y un poste indicador de la estrella polar. Vilaller y los pueblos periféricos han recibido la certificación Starlight por la UNESCO, mediante el cual se acreditan aquellos espacios que poseen una  excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación

El otro mirador es el dedicado a Juanjo Garra, con unas preciosas vistas.

Cuando se acondicionó este mirador, se decidió que llevaría el nombre de Juanjo Garra, en agradecimiento a este alpinista que siempre se implicó con el pueblo y de cuyo centro excursionista era miembro honorífico.

Alpinista leridano, era cámara de altura de programas de TV como Al filo de lo imposible y Desafío extremo y falleció en un accidente de montaña en su empeño de coronar las montañas de más de 8000 metros del mundo.

Mirador Juanjo Garra
Enamorados de Vilaller

Vilaller destaca por disfrutar de un entorno natural envidiable que invita a realizar actividades al aire libre. Simplemente pasear por los alrededores del pueblo, en rutas más cercanas o algo más alejadas, es uno de los placeres de los que disfrutar.

El Camino del Silencio, reconocido por su baja contaminación acústica, ofrece un ambiente de total tranquilidad en medio de paisajes espectaculares.

El Camino del Obago es un sencillo itinerario botánico que comienza en el paseo hasta la Ermita de Riupedrós. Un recorrido de tan sólo 1 km. sombreado, con muros cubiertos de musgo y paneles con información sobre las especies más representativas de la flora del Valle.

Simplemente espectacular es también el Camí del Salto, que comienza en la población de Senet de Barravés, entidad descentralizada perteneciente a Vilaller, y termina en un mirador frente a una cascada de 120 m. de altura.

Si quieres saber todos los detalles sobre esta ruta, tienes toda la información en este otro artículo de nuestro blog La cascada el Salto de Senet de Barravés no te la puedes perder porque es espectacular.

Damos fe de que en Vilaller se come muy bien. Su gastronomía está marcada por los productos de proximidad, ingredientes de temporada y los sabores auténticos del Pirineo.

Uno de los platos más representativos es la escudella, un caldo que se prepara con la cocción prolongada de una serie de hortalizas, garbanzos, butifarras y diferentes tipos de carne, un plato perfecto para los meses fríos, aunque confieso que yo la comería en cualquier época porque me encanta.

Los productos artesanales también tienen un protagonismo especial, como los embutidos: xoriç (salchichón), secallona (fuet), coqueta negra y blanca, butifarra de lengua, butifarra negra y de huevo, entre otros.

Todo ello lo puedes encontrar en la Carnicería Porté-Estop empresa familiar fundada en 1976 que elabora sus embutidos de forma artesanal y que obtuvieron el Primer premio en la categoría categoría de Llonganissa tradicional tipo xolís o xoriç en el IV Concurso Nacional de Llonganissa 2021.

Otro imprescindible es el pan de payés, hecho con técnicas tradicionales que le otorgan un sabor y una textura inconfundibles.

Vilaller tiene la suerte de contar con horno tradicional de pan, Forn Codina, que ofrece una amplia variedad de panes, desde los más clásico, hasta los elaborados con harina ecológica, respetando la naturaleza y la salud. Cada pieza está hecha con dedicación y cuidado, manteniendo viva la tradición artesanal en cada hornada. 

A destacar su pa de payés que, por supuesto nos llevamos para casa, otro producto galardonado, ya que ganó al Mejor Pan de Payés catalán en 2018.

Aprendiendo cómo se elabora el pa de payés en Forn Codina

El municipio ha sabido mantener sus tradiciones y algunas celebraciones son muy conocidas.

Una de las fiestas más destacadas es la Baixada de Falles, celebrada la noche del 23 de junio. Este evento, reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es una fiesta ancestral en la que los vecinos descienden desde las montañas portando antorchas encendidas, creando un espectacular río de fuego que ilumina la noche.

Aunque no hemos tenido la suerte de vivir esta fiesta, sin duda, por lo que nos contaron debe ser un acontecimiento extraordinario.

Puede que esta parte no aparezca en los artículos y guías tradicionales, pero la gente de Vilaller es la que realmente hace que te enamores de este pueblo.

Su alcaldesa, María José Erta, y su familia nos acogieron con los brazos abiertos, nos ayudaron para que conociéramos el pueblo a fondo y se preocuparon de que nuestra estancia fuera perfecta. Mil gracias.

Vilaller es un pueblo con mucha vida, donde constantemente están organizando fiestas, actos, ferias, para estar al día de su agenda os recomiendo seguir su cuenta de Instragram @ajuntamentvilaller

Con la alcaldesa María José Erta e Irene, @gastroviajera y compañera de Pueblos Mágicos

Del mismo modo, en nuestro alojamiento, el Hostal Maurin, un alojamiento de toda la vida donde nos han dado de comer de lujo, con un cariño especial, como si nos estuviera cocinando nuestra abuela.

Los establecimientos del pueblo nos abrieron sus puertas encantados, dedicando tiempo a explicarnos sus elaboraciones con detalle y siempre con mucha amabilidad y paciencia. Gracias a la Carnicería Porté-Estop y a Forn Codina, en cuyo obrador nos colamos de noche, en medio de su jornada de trabajo, para contarnos cómo elaboran sus panes.

Obrador de Forn Codina

Curiosamente, Vilaller tiene un pequeño taller artesano de pipas, en él, Rafa, un maestro artesano cubano elabora unas pipas que son auténticas obras de arte y que nos mostró encantado. Podéis echarles un ojo aquí Rafael Arzuaga

Taller artesano de elaboración de pipas

También quiero mencionar a nuestra compañera de creadores oficiales de contenido de Pueblos mágicos, Irene @gastroviajera, con quien compartimos estos días pasados por agua y, a pesar del mal tiempo, disfrutamos la experiencia.

Aunque nosotros no viajamos ya con niños, estoy segura de que van a disfrutar tanto como vosotros en Vilaller. El pueblo es pequeño, tranquilo, con calles sin tráfico, donde pueden explorar libremente sin peligro.

Además, está absolutamente rodeado de naturaleza, espacios al aire libre donde pueden jugar a sus anchas. Quiero destacar el Área recreativa de Santa Llúcia, que se encuentra junto al antiguo Seminario de Vilaller (hoy Monasterio Ortodoxo) y la Ermita de Riupedrós.

Se trata de un parque al aire libre junto al río con zona de picnic, columpios, tirolina, mesas de juegos, paneles con curiosidades para aprender muchas cosas, divertidos photocall… y todo cuidadísimo y en perfecto estado, sin duda la zona más divertida de Vilaller y de donde seguro que los más pequeños no se querrán ir nunca.

Si todos los encantos de Vilaller que te hemos contado hasta ahora no te parecen suficientes, su situación la hacen el pueblo perfecto como lugar donde dormir para descubrir la zona la belleza del Pirineo catalán y disfrutar de lugares llenos de historia, cultura y naturaleza.

A poca distancia se encuentra el Valle de Boí, famoso por el conjunto de iglesias románicas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este conjunto incluye edificios emblemáticos como Sant Climent de Taüll, con sus pinturas murales y la icónica proyección del Cristo en Majestad. Además, el valle es una puerta de entrada al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio, uno de los paisajes naturales más impresionantes de Cataluña, con lagos, cascadas y rutas de senderismo.

A solo 9 km, el Pont de Suert, capital de la Alta Ribagorça, ofrece una combinación de encanto urbano y patrimonio cultural, con la iglesia de la Asunción y el casco histórico que conserva la esencia de la comarca.

Hacia el norte, el Valle de Arán es otro destino imprescindible, con pueblos como Vielha o Salardú, conocidos por su arquitectura aranesa, gastronomía auténtica y paisajes espectaculares.

En invierno, la proximidad a Baqueira Beret lo convierte en una opción ideal para los amantes de los deportes de nieve.

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