Cada vez que venimos a la provincia de Soria regresamos más enamorados de ella y con un montón de nuevos lugares anotados para volver. Esta vez pasaremos un fin de semana en uno de sus Pueblos Mágicos, una garantía de que lo que nos espera nos hará vivir una experiencia única.
- Almazán, el pueblo mágico que sabe a yemas
- Qué ver en Almazán
- La muralla de Almazán
- Dónde comer en Almazán
- Dónde dormir en Almazán
Almazán, el pueblo mágico que sabe a yemas
Pueblos Mágicos de España es una organización sin ánimo de lucro, que tiene como propósito el desarrollo turístico de las poblaciones adheridas. Todas ellas son singulares por su riqueza patrimonial, cultural o natural, poseen valiosas tradiciones, una rica gastronomía y merecen ser conocidas.
Puedes consultar sus pueblos y rutas mágicas en su web pueblosmagicos.es, en su app o en su cuenta de Instagram @pueblosmagicos y hacerte con su pasaporte en cualquiera de las oficinas de turismo de las localidades.
Desde finales de 2024, colaboramos con ellos como creadores oficiales de contenido, proyecto con cuyos valores nos sentimos plenamente identificados.
El valor de Almazán reside en su histórico pasado y en sus monumentos, en su ubicación a orillas del Duero, en el paseo por sus calles y plazas y en su tradición repostera, con sus yemas y paciencias.
Para nosotros, que vivimos en Zaragoza, Almazán está a 2 horas en coche, lo que lo convierte en un destino perfecto para una escapada.
Qué ver en Almazán
En mi opinión, el paseo por Almazán debe comenzar en su hermosa Plaza Mayor, donde encontramos muchos de los edificios históricos que conforman el principal interés turístico de esta villa. Pero sobre todo recomiendo comenzar por aquí porque aquí está el Centro de recepción de visitantes / Oficina de turismo, lugar de obligada visita para que nos den un plano de la localidad y toda la información de partida que precisemos.
Este centro no es una simple oficina de turismo, parte de sus dependencias son dos salas musealizadas. En una de ellas se muestran de forma permanente cuatro tablas de pintura del siglo XV atribuidas al pintor flamenco Hans Memling, más conocidas como el “Tríptico de Almazán» En la otra sala puedes ver un audiovisual sobre el pueblo, sus fiestas, su historia, su gastronomía…
Desde la oficina de turismo se ofrecen visitas guiadas con distinta temática y horarios según la época del año. Para enterarte y poder apuntarte, mi consejo es que un par de semanas antes del viaje visites sus redes sociales porque es donde se publicitan: Oficina de Turismo de Almazán (Soria) en Facebook y @ayuntamientodealmazan en Instagram. Además, tienes mucha información de la villa en su web almazan.es
Horario Centro de recepción de visitantes / Oficina de turismo : De 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:30 (domingo tarde cerrado) 📞+34 975 31 05 02 ✉️turismo@alamazan.es
El Centro de recepción de visitantes se sitúa en los bajos del Palacio de los Hurtado de Mendoza, un grandioso edificio construido entre los siglos XV y XVI.
La fachada que da a la plaza tiene un aire italiano, es sobria y elegante y en ella destaca el escudo de armas de la familia Mendoza. Aún más antigua es la fachada norte, que se asoma al Duero y que veremos cuando recorramos el camino de ronda junto a las murallas.
Este ala recuerda el paso de los Reyes Católicos en varias ocasiones por la villa y su estancia más prolongada entre abril y junio de 1496.
La estatua de Diego Laynez ocupa un lugar protagonista y merecido en la plaza, ya que es uno de los hijos más ilustres de Almazán. Destacado teólogo del siglo XVI y reputado predicador en el Concilio de Trento.
Las casas con balcones sobre soportales de piedra, el Ayuntamiento y la Iglesia de San Miguel, completan el perímetro de la plaza.
La Iglesia románica de San Miguel fue construida en el siglo XII, un templo excepcional por sus formas arquitectónicas, bellísima tanto por fuera como por dentro, por lo que entrar es obligado si no quieres perderte otra de las maravillas de Almazán.
En su interior, nos deslumbra la excepcional cúpula nervada sobre el crucero, de influencia musulmana. Encontramos también un magnífico frontal de altar del siglo XII que representa el asesinato de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury en 1170 y que, a pesar de estar parcialmente mutilado, nos maravilla por sus detalles.
Gracias a Isa, de Turismo de Almazán, nos percatamos de la desviación de la cabecera y con su ayuda pensamos en el motivo de esa característica tan particular… tendrás que venir para averiguar la respuesta.
Las estrechas calles que parten de la plaza mayor nos conducen a las múltiples parroquias, que son testimonio del pasado de Almazán. La Iglesia de San Pedro de sencilla arquitectura herreriana con varias tallas y retablo mayor de gran calidad en su interior. La Iglesia de San Vicente, hoy Aula de Cultura, antigua iglesia románica del siglo XII de la que se conserva la cabecera y portada.
Junto a la Puerta del Mercado, en lo alto de la población, está la Iglesia de Nuestra Señora del Campanario.
De nuevo desde la Plaza, llegamos a la Iglesia de Santa María de Calatañazor, de finales del siglo XVI y, saliendo por la Puerta de la Villa, la Ermita de Jesús, curiosa edificación octogonal con un hermoso interior barroco y la imagen de Jesús Nazareno, patrón de Almazán.
Otro de los elementos más valiosos del patrimonio de Almazán son sus murallas, tan ligadas a su historia como que la traducción de su topónimo significa el fortificado. Una de las experiencias que más hemos disfrutado es recorrerlas, lo hemos hecho por la mañana y hemos vuelto al atardecer, cuando la luz ha hecho que sea un paseo mágico.
La muralla de Almazán
Las murallas que vemos en la actualidad, entre callejas y plazuelas, se levantaron a finales del siglo XII, en una época en la que las incursiones de aragoneses y navarros aún eran una amenaza para esta tierra de frontera.
Además de mantener la seguridad de la villa, le daban un aire ciudadano ya que sólo los vecinos que habitaban intramuros tenían obligaciones fiscales y gozaban de todos los derechos políticos y penales.
Sorprende la gran cantidad de metros conservados, manteniéndose en pie tres de sus siete puertas y dos de sus postigos, por los que vamos a entrar y salir en un precioso paseo.
Nuestro recorrido por las murallas comienza entrando por el postigo de Santa María, en eje quebrado para dificultar el acceso, que nos conduce a la plaza del mismo nombre y un poco más adelante a la Plaza Mayor.
En la misma Plaza mayor admiramos la Puerta de la Villa, flanqueada por dos torres semicilíndricas y en arco apuntado. Es inevitable elevar la mirada sobre el reloj, alojado en una torre que se añadió en 1886 para que los ciudadanos pudieran guiar su quehacer diario.
Nos dirigimos a otro extremo de la plaza, porque entre el palacio y la iglesia tenemos otro de los postigos, el Postigo de San Miguel, un vano de medio punto abierto hoy en día a un precioso mirador desde el que contemplar el río y la arboleda de la rivera.
Para continuar el paseo, regresamos a la plaza y tomamos la calle Palacio hasta llegar a la Iglesia de San Vicente, junto a la que encontramos un balcón asomado al río y el inicio de uno de los tramos más bonitos del paseo.
En esta parte, el camino transcurre literalmente junto a la muralla, con el río Duero a nuestra derecha. Nos damos cuenta de que en su momento el río actuaba de foso y muralla natural, evitando los ataques por este flanco.
Más adelante nos sorprende un torreón cilíndrico, es el llamado Rollo de las Monjas y, tras él, el paseo traza una curva para discurrir por el verde Paseo de Alicante, empezando un ascenso hacia la siguiente puerta de la muralla.
Llegamos a una de las puertas más imponentes del recinto amurallado de Almazán, la Puerta del Mercado, llamada así porque junto a ella se celebraba el mercado semanal en la Edad Media.
Pasamos un rato comprobando los sistemas de seguridad con los que contaba, ya que se conservan los quicios de las dos puertas que tenía y, entre ellas, la ranura por la que se deslizaba el rastrillo de hierro. Además, existe un acceso habilitado para subir a la parte alta y pasear junto a sus almenas, te aseguro que es una experiencia chulísima, y las vistas del pueblo y su entorno son realmente espectaculares, especialmente al atardecer.
En la actualidad, el horario de apertura del acceso a las torres de la Puerta del Mercado es Sábados y festivos de 11:00 a 17:00 h. y domingos de 11:00 – 14:00 h. Puedes consultar el horario actualizado para el día de tu visita en este enlace de la web del ayuntamiento de Almazán.
En la primavera de 2023 terminaron los trabajos de restauración de la muralla en torno a la Puerta del Mercado, mostrando la auténtica profundidad del foso y sacado a la luz los restos de numerosos alfares situados extramuros de la villa.
Estos alfares se trasladan por razones de seguridad al exterior de la villa en el siglo XVIII, fuera de la vieja muralla medieval. Estas construcciones habían quedado ocultas durante los últimos dos siglos. Gracias a estas últimas intervenciones ahora sabemos cuál era el aspecto general de esta zona de la muralla, y sabemos de la importancia de la producción alfarera de Almazán.
En verano, se organizan visitas guiadas a la Puerta del Mercado desde la Concejalía de Turismo con la denominación La Fortificada. Atardeceres desde el cielo para conocer el proyecto de restauración y los hallazgos encontrados. Puedes consultar días y horarios en su web.
Tras cruzar la Puerta del Mercado, atravesamos de nuevo el pueblo para dirigirnos a la última de las puertas que nos quedan, la Puerta de Herreros, con sus características torres cilíndricas y sus sistemas de seguridad medievales.
Situada en pleno centro del actual Almazán, somos testigo del trasiego de coches y peatones que la atraviesan constantemente, siendo aún hoy uno de los principales accesos a la villa.
Entre paseos y visitas guiadas ha anochecido, dormir aquí nos permite ver Almazán iluminado y con la decoración navideña que empieza a aparecer, aunque aún estamos a principios de diciembre. Zonas como la Plaza Mayor son muy bellas de día pero no los son menos de noche, con sus luces cálidas que resaltan de otro modo la belleza de sus edificios.
Amanecemos en Almazán y nos disponemos a conocer otra parte del pueblo, la margen derecha del río Duero, con su arboleda y sus vistas sobre el conjunto monumental de la población.
Iniciamos el paseo cruzando el río a través de la pasarela peatonal paralela al puente medieval construido en el siglo XII.
Esta es una zona preciosa de paseo con sus chopos, álamos, plátanos y algunos fresnos y saúcos que dan cobijo a multitud de aves. Un entorno para disfrutar y relajar los sentidos y para admirar las esculturas realizadas «in situ» por escultores nacionales y extranjeros en los Simposiums Internacionales de Escultura organizados por el Ayuntamiento.
Pero no todo es pasear en Almazán, si no disfrutas de su gastronomía, te estarás perdiendo uno de los principales encantos de la villa.
Dónde comer en Almazán
La gastronomía de Almazán sigue la tradición de la cocina castellana, basada en la calidad de los productos de la tierra.
Como imaginarás, en un fin de semana no nos ha dado tiempo de disfrutar de todos los establecimientos de la localidad, que seguro que los hay estupendos y aún no conocemos. Aquí te voy a nombrar los que probamos nosotros y nos encantaron, por si te sirve de orientación, esperamos también tus recomendaciones cuando la visites.
Comimos estupendamente en el Mesón Castilla, comida casera castellana exquisita, trato excelente y un menú de 20€ con un montón de opciones para escoger. Es recomendable reservar.
Y si hablamos de Soria y gastronomía, no podemos irnos sin probar sus torreznos. Nosotros lo hicimos en el Bar La Calle, en plena Plaza Mayor, riquísimos y avalado por varios premios recibidos. Además, a la calidad de su producto se le añade la ubicación de su terraza, en plena plaza con las preciosas vistas de sus monumentos y al sol de un día de invierno, una gozada.
Si algo destaca entre los productos adnamantinos son sus dulces y eso sí que ya sabes que nos entusiasma. Lo más famoso de la repostería de Almazán son sus yemas, creo que nunca algo estuvo tan rico con sólo dos ingredientes: yemas y azúcar.
Las claras sobrantes son empleadas para realizar las paciencias, pequeñas galletas duras y redondas que debes dejar fundir en la boca y que nos dio un juego tremendo poniendo a prueba nuestra propia paciencia.
Visitamos las tres pastelerías emblemáticas de Almazán: compramos yemas en la Confitería Almarza, un establecimiento familiar con más de 200 años de historia y que hoy en día siguen elaborando la repostería de forma artesana. Sus yemas están riquísimas pero es que además, el establecimiento es un espectáculo, situada junto a la Puerta de la Villa, con su decoración de siempre y un montón de fotografías y recortes de periódicos que avalan su antigüedad.
Casi enfrente, en Confitería González compramos paciencias, otro establecimiento de toda la vida con una infinidad de productos típicos del pueblo y de la provincia.
Por último, disfrutamos de una exquisita merienda en Pastelería Gil, con un buen café y rodeados de sus habitantes que llenaban el establecimiento una fría tarde de sábado ¿el único problema? que no sabrás qué dulce pedirte, todos con una pinta excelente y riquísimos.
Dónde dormir en Almazán
Cuando buscamos alojamiento para dormir en Almazán descubrimos uno muy especial, un hotel rural que desde el primer momento nos pareció perfecto, el Hotel rural Estación de la Dehesa.
Ismael es un enamorado de los trenes y, cuando viajamos, no pasamos por alto las antiguas estaciones, los museos ferroviarios o trayectos en trenes históricos, pero ¿alojarnos en antigua estación de ferrocarril? ¡eso no lo habíamos hecho nunca!
El Hotel rural Estación de la Dehesa es un hotel de cuatro estrellas ubicado en la histórica estación de ferrocarril de 1895, la perteneciente a la antigua línea Valladolid-Ariza.
El día de año nuevo de 1895 entró en servicio el ferrocarril de Valladolid a Ariza, la última gran línea construida por la poderosa Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante, una de las principales empresas ferroviarias de la época.
Pasados los años, incapaz de competir con la carretera, el reducido tráfico de la línea la hizo altamente deficitaria y, en consecuencia, el gobierno decidió suprimir el servicio de viajeros a partir del 1 de enero de 1985, día en que habría cumplido sus noventa años de existencia.
Está situado a las afueras de Almazán (a unos 5 minutos en coche), combina los detalles de un edificio histórico con las comodidades de un hotel moderno y una decoración llena de detalles y buen gusto. Cuenta con sala de fitness, sala de juegos, jardín y terraza.
La estancia incluye el desayuno buffet para que te puedas poner en marcha y seguir conociendo Almazán y sus alrededores.
Hasta aquí nuestro relato, espero que nuestro artículo os sea útil cuando preparéis vuestra escapada a Almazán. Podéis dejar vuestras observaciones y sugerencias en comentarios.
Agradecemos especialmente a Pueblos Mágicos por confiar en nosotros para transmitir el valor de sus pueblos y a Isa y Ana, de Turismo de Ayuntamiento de Almazán que nos acogieron estupendamente, nos acompañaron en nuestro recorrido por el pueblo y nos trasladaron sus conocimientos ¡gracias de corazón!