LA GEODA DE PULPI, VISITA UN LUGAR ÚNICO EN EL MUNDO

La geoda visitable más grande del mundo

Entrada a la Geoda de Pulpí

En el recibidor de casa de mi tía Mari Carmen hubo siempre un objeto que, cuando era niña, me maravillaba y me intrigaba a partes iguales, una piedra en forma de elipse abierta en dos, con preciosos cristales en su interior. Nunca supe cómo se llamaba aquello. Muchos años después, cuando estaba preparando mi viaje al Cabo de Gata y buscaba información sobre puntos de interés para visitar empecé a leer información sobre un monumento natural único, la Geoda de Pulpí; de pronto, aquella estructura geológica de mi infancia tenía nombre y era posible reducir mi tamaño como en la película «Cariño, he encogido a los niños» para estar en su interior ¡bueno! no va a ocurrir exactamente así, pero eso os lo cuento a continuación.

¿Qué es una geoda?

Es una cavidad rocosa cerrada en la que, con el paso del tiempo y la acción del agua que se ha filtrado, han cristalizado minerales. El origen de la de Pulpí puede explicarse en dos fases. Primero se formó el hueco en la roca por karstificación de las dolomías que forman la Sierra del Aguilón, acompañada de inyecciones hidrotermales volcánicas. A continuación se produjo el depósito mineral, en este caso lo que cristalizó fue yeso (sulfato de calcio).

¿Por qué es especial la Geoda de Pulpí?

Es la segunda geoda documentada más grande del mundo, solo superada en dimensiones por la Cueva de los Cristales de Naica, en el estado mexicano de Chihuahua, pero esta no es accesible. Al margen del tamaño (8 metros de longitud por 2 metros de altura), la transparencia y la perfección de sus cristales, alguno de los cuales llega a medir casi dos metros, es también excepcional. Además, su estado de conservación la convierten en una joya de la naturaleza y  un fenómeno único a nivel mundial.

El descubrimiento

La Geoda se encuentra en la Mina Rica, una explotación minera a los pies de la Sierra de Aguilón, en Almería, que se trabajó desde finales del siglo XIX hasta el año 1970. Esta mina ya era conocida por la espectacular mineralogía que albergaba, de hecho el descubrimiento surge en 1999 cuando los miembros de exploración del Grupo Mineralogista de Madrid la encontró de forma fortuita entre los niveles segundo y tercero de profundidad.

20 años después, el proyecto para abrir la Mina Rica se hizo realidad. Después de un periodo en el que sólo la podían visitar los expertos, el 5 de agosto de 2019 comenzaron las visitas para el público en general para que todo el mundo pudiera observar no sólo la geoda, sino todo el maravilloso legado que nos dejaron los mineros de Pulpí.

El 24 de febrero de 2020 cerraba sus puertas para preparar la ampliación de la visita con una nueva galería, la llamada «Colas de Golondrina», y la construcción de un ascensor para salvar el primer tramo de escaleras para personas con problemas de movilidad. Como todos sabemos, los planes de reapertura se retrasaron por la Pandemia del Coronavirus, siendo ya posible desde el pasado 12 de junio. Nosotros tuvimos la suerte de ser unos de los primeros en visitarla tras su reapertura el pasado 29 de junio de 2020 y debemos decir que la organización merece un 10, tanto por la calidad de las explicaciones de la visita guiada como por las medidas de seguridad que adoptan por el tema del Coronavirus que hacen que te sientas tranquilo en todo momento.

Historia de la Mina Rica

Exterior de la Mina Rica

La Sierra del Aguilón ha sido objeto de explotación minera a lo largo de la historia, la minería contemporánea comienza en 1840, con la explotación en trincheras y cortas de galena argentífera. A partir de 1870 se empieza a extraer hierro, que fue el revulsivo minero de la zona, Jaravía se convirtió en uno de los distritos mineros más importantes de España. En la última década del siglo XIX la familia Marín Menú revitaliza las explotaciones de hierro de la Mina «Quien tal Pensara», manteniéndose en explotación a lo largo de varias décadas, hasta la Guerra Civil, a partir de entonces las explotaciones fueron abandonándose. Si bien la historia de la Mina Rica parecía olvidada, resurge en diciembre de 1999 con el descubrimiento de la geoda mineral más grande de Europa.

¿Qué vas a ver?

Galerías de la Mina Rica, foto tomada de la cuenta de Instagram de @geodapulpi

Esta experiencia supone mucho más que ver la Geoda Gigante. Es un viaje a través de la geología y de la historia de la minería de nuestro país, la espectacular Geoda es sólo la guinda del pastel de una interesantísima visita.

 La Mina Rica se divide en dos demarcaciones distintas «Quien tal pensara» y «Por si acaso» En la primera puedes ver el polvorín, donde guardaban la pólvora y la dinamita bajo llave, la cual estaba siempre en poder del capataz, y se empiezan a ver los primeros minerales como celestina, barita, siderita o los primeros cristales de yeso. Otro de los grandes atractivos de esta demarcación es «la Catedral», sala de 45 metros donde se ve un espectacular pilar de corona y una llave minera, elementos que se hacían en minería para dar estabilidad a las galerías.

Interior de la Catedral

En el sector «Por si acaso» podemos encontrar la sala del cuartel, donde vemos 4 tipos diferentes de minerales luminiscentes, también observamos pequeñas geodas que anuncian la presencia de la Geoda de Pulpí, que se encuentra dentro de este sector.

La última de las galerías en abrir, «Colas de Golondrina», es la más humana ya que en ella se ven nombres de mineros, fechas y enseres, además de parte de una geoda en el techo. La Mina Rica esconde numerosos objetos que nos hablan de la vida diaria de los trabajadores y que hacen que te imagines la dura historia de aquellos hombres trabajando y grabando en las paredes su nombre y la fecha para la posteridad, cómo sería su día a día, lo que supondría comer dentro de la mina, la relación entre compañeros…

Al final del recorrido llega el momento de asomarse a la Geoda de Pulpí y es que literalmente eso es lo que hacemos, asomarnos, ya que el acceso al interior está prohibido (salvo visitas de índole científica); no creas que eso lo va a hacer menos espectacular. Se hace de uno en uno, por lo que durante un rato se ilumina y estarás sólo tú y la geoda, un rato en el que lo que ves te hace sentir que estás viviendo un momento trascendental de tu vida, al menos así lo viví yo, espero que me cuentes qué sientes tú.

¿Qué necesitas saber? Datos prácticos

Toda la información oficial está en la web oficial geodapulpi.es que os enlazo aquí.

Se hace exclusivamente a través de visitas guiadas de 90 minutos de duración, teniendo que presentarse media hora antes de la hora de inicio. Es casi imprescindible reservar a través de su página web ya que los grupos son reducidos y, a consecuencia del Covid aún lo son más. Esto es muy importante, es una visita muy demandada y los días suelen llenarse con meses de antelación, especialmente en los meses de verano o fines de semana, así que no hay más remedio que planificarlo con tiempo.

Las tarifa general es de 22€ y hay una tarifa especial de 15€ para jubilados, familia numerosa, discapacidad >33% y miembros de grupos de más de 15 personas. Los menores de 8 a 16 años pagan 10,00 €. La entrada no está permitida a los menores de 8 años. Puede que, de entrada, la tarifa te parezca cara, pero esto es relativo, dependerá de lo que valores lo especial que es lo que vas a ver. A mi los Reyes Magos este año me trajeron un dinerillo y no se me ocurrió mejor manera de disfrutarlo.

No se necesitan unas condiciones físicas ni un equipo especial para acceder a la Mina. En total vas a recorrer unos 800 metros por su interior y vas a subir y bajar 162 escalones hasta llegar a los 60 metros de profundidad en los que se sitúa la Geoda gigante. Lo recomendable es llevar calzado cerrado y cómodo. Hay alternativas de acceso para personas con problemas de movilidad reducida o de salud, aunque creo que en estos casos siempre puede ser útil consultar antes. La temperatura es de unos muy agradables 16º. Antes de entrar te proporcionan un casco que debes llevar durante todo el recorrido por seguridad. Por la pandemia de Coronavirus se han adaptado las medidas de seguridad, lo que te puedo decir es que la organización es perfecta y haces la visita con una absoluta tranquilidad.

Junto a la Geoda partida

En el interior no se puede hacer fotos ni grabar en vídeo, pero tranquilo, no te marcharás sin tu recuerdo; hay tres puntos en los que el guía te hará una foto: en la Catedral, en la Geoda partida y en la Geoda Gigante y, si lo deseas, al terminar la visita, pagando 1€, te las envían por correo electrónico. A mi me parece otro gesto a alabar de la organización; aunque soy la primera a la que le encanta hacer fotos, comprendo perfectamente cuando la naturaleza de un lugar prohíbe hacerlo, que se tomen esa molestia me sorprendió de forma muy positiva.

¿Qué hacer en los alrededores?

Tras la visita a la Mina Rica, puedes organizar el resto del día por la zona y descubrir esta comarca conocida por su litoral lleno de playas, como las de San Juan de los Terreros.

La Playa de los Cocedores o Cala Cerrada es la primera playa de la provincia de Almería, limítrofe a la Región de Murcia. Está ubicada en una ensenada natural en forma de herradura que la protege de las inclemencias del mar y del viento. Un entorno natural con acantilados, arena fina y agradable y aguas tranquilas, por lo que es ideal para ir con niños. Su nombre le viene porque en este lugar había un cocedor natural de esparto que los lugareños utilizaban para obtener esta fibra y lo más curioso es que en los acantilados de los extremos aun se conservan unas cuevas usadas para ello.

Playa de los Cocedores, San Juan de los Terreros
Cuevas de los acantilados de la Playa de los Cocedores

A continuación, dirección sur y a 2 kilómetros del núcleo urbano de San Juan de Terreros, se encuentra la Playa de Las Palmeras, una gran playa de más de 1 kilómetro de largo totalmente virgen. Aunque imagino que dependerá del día que la visites, os aseguro que la tranquilidad es absoluta, estuvimos totalmente solos una tarde de junio.

Isla Negra y de Terreros desde la Playa de las Palmeras

En San Juan de los Terreros, pedanía de Pulpí, puedes visitar su Castillo (entrada incluída con la visita a Geoda), construido en tiempos de Carlos III para defender la costa de los ataques de piratas. En él es posible hacer una visita virtual a la geoda gigante aunque, en mi opinión, esto tenía más sentido cuando aún no se podía visitar la real. Desde su interior tendrás unas vistas fantásticas de los acantilados y las islas Negra y de Terreros, ambas de origen volcánico y declaradas Monumento Natural Protegido.

Unos kilómetros al sur se encuentra el municipio de Cuevas del Almanzora, con sus calles y edificios de su época dorada, el siglo XIX, cuando las compañías encontraron yacimientos de minerales que hicieron ricos a sus accionistas. También se puede visitar Cueva-Museo Etnográfico, donde se puede ver cómo era la vida en esta comarca antes de que llegara el boom de la Revolución Industrial.

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