
Casas de piedra, calles estrechas, rincones con encanto y un entorno precioso, así es Jasa. Acabamos de pasar un fin de semana en este pequeño pueblo de la comarca de la Jacetania y hemos comprobado por qué es digno merecedor del título de Pueblo mágico de Aragón
- Jasa, un pueblo del Parque Natural de los Valles Occidentales
- Jasa, conjunto urbano de interés arquitectónico
- Jasa, un pueblo que cuida sus tradiciones
- Jasa, un paraíso para el senderismo
Jasa, un pueblo del Parque Natural de los Valles Occidentales
Jasa se sitúa en el valle del río Osia, uno de los mejor conservados y menos explotados del Pirineo. Junto a los valles de Ansó, Hecho, Aísa y Borau, conforma el Parque Natural de los Valles Occidentales, en el extremo noroccidental del Pirineo aragonés.
El Parque Natural se extiende por las cabeceras de los ríos Veral, Aragón Subordán, Osia, Estarrún y Lubierre, ocupando zonas con importantes relieves y espectaculares formaciones.

Estos valles están cubiertos por masas forestales de hayedos, pinos y abetos, alternando con prados ganaderos. Su relieve ha sido modelado por la acción de los glaciares y por la erosión de su terreno kárstico.
Este ha sido un territorio poblado desde antiguo, como lo demuestran los numerosos monumentos megalíticos que se encuentran en la cabecera de sus valles. Estamos además en tierras conocidas como «el viejo Aragón», el lugar en el que se situaba el primitivo territorio que dio lugar al Reino de Aragón.

El Centro de Interpretación del Parque Natural de los Valles Occidentales es un excelente punto de partida si quieres recorrer este territorio. Se sitúa en la población de Ansó y ofrece una exposición interactiva referente al medio natural y humano de este espacio natural protegido.
Jasa, conjunto urbano de interés arquitectónico
En el centro de la localidad, destaca su gran plaza, más grande de lo que suele ser habitual en los pueblos pirenaicos de la zona, con el edificio del Ayuntamiento y el bar, centro de reunión y lugar donde reponer fuerzas.

Si quieres sellar tu pasaporte de Pueblos Mágicos, tanto en el ayuntamiento como en el bar tienen sello. Si lo prefieres, recuerda que también puedes hacerlo de forma virtual a través de la app.
En el centro de la plaza, el Crucero, con su cruz en lo alto, que marca el encuentro de los caminos a Aísa y Aragües del Puerto. Repartidos por varios puntos de la plaza y sus alrededores, clavados en las fachadas de sus casas, nos llaman la atención las señales metálicas, mucho más modernas, que nos hacen saber en qué dirección se sitúan los otros pueblos del valle.

En lo alto de la plaza, vemos asomar la torre de la iglesia y emprendemos el ascenso por el empinado empedrado para conocerla. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, como la plaza, también es grande y es el resultado de distintas fases constructivas entre los siglos XIII y XVI.

Los sábados por la tarde hay misa, nos lo hace saber un insistente repique de campanas y aprovechamos los minutos previos para conocer su interior. Descubrimos su conjunto de retablos, datados entre los siglos XVII y XVIII entre los que nos llama la atención el de Nuestra Señora del Rosario, de tradición romanista.


Al salir de la iglesia, nos entretenemos aún un buen rato por la plaza, muy soleada por la tarde y llena de pequeños detalles que nos arrancan una sonrisa y es que se nota que aquí sus gentes miman el pueblo. Hasta el último rincón de Jasa está cuidado al detalle y busca gustar al visitante, con macetas llenas de flores y detalles decorativos, algunos antiguos y otros más caseros y manuales.






Pasear por el pueblo a ritmo lento es uno de los placeres que se disfrutan aquí. Las calles de Jasa están empedradas, herencia de su pasado ganadero, y están repletas de buenos ejemplos de arquitectura popular bien conservada.


Vamos descubriendo sus hermosas casas de piedra, con sus chimeneas troncocónicas rematadas con espantabrujas, típicas de estos valles. Para quien no lo sepa, los espantabrujas son pequeñas figuras o símbolos que impiden que los malos espíritus se cuelen por el hueco de la chimenea.
Las puertas de las casas, a menudo adinteladas, tienen la clave decorada y algunas conservan sus escudos familiares. Son casas con nombre propio que recuerdan la profesión, el lugar de origen o el apelativo de su propietario: Casa Sastre, Casa Nazario, Casa Jose Pillo, Casa Almondano, Casa Antuncalvo, Casa la Torre…






El valor patrimonial de Jasa no se limita a la tradición, en ese afán por tener un pueblo cuidado y bonito desde el pasado mes de junio el pueblo cuenta con un mural realizado por el artista Diego Vicente que contó en sus primeras fases con la colaboración de los vecinos para su realización.

Jasa, un pueblo que cuida sus tradiciones
Si has llegado hasta aquí, imagino que ya estás rendido a los encantos de Jasa, pero hay más, en esta localidad conservan su autenticidad con una fidelidad que impresiona.
Los habitantes de Jasa se vuelcan en preservar su pasado y tradiciones, sus danzas, indumentaria, fiestas y objetos antiguos, ocupan un protagonismo absoluto en la vida del pueblo en forma de lugares y manifestaciones culturales de distinto tipo.
El museo etnográfico de la Ermita de San Pedro y la «Casa Moni» son lugares que guardan objetos antiguos que son testimonio de la riqueza histórica del municipio.
La ermita de San Pedro fue restaurada y convertida en un museo donde encontramos multitud de objetos de la vida cotidiana y la tradición agroganadera en tiempos pasados: pupitres, pizarras y mapas de la antigua escuela; aperos de artesanía y labranza; mobiliario, menaje, fotos antiguas, los recipientes de la vieja farmacia,… todos ellos rescatados y conservados por los vecinos.



Las fiestas patronales se celebran con motivo de la festividad de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción y San Roque, el 15 y 16 de agosto.
El 15 de agosto de madrugada se canta la Aurora, una canción religiosa, y también estos días de fiesta, se realiza la Ronda de mozos, por las calles del pueblo y parada en alguna de las casas.
El día 15 se realiza el paloteau, una danza tradicional en la que los bailarines hacen figuras y chocan sus palos al ritmo de la música. El dance de Jasa consta de 18 piezas (13 de palos, 4 de castañuelas y 1 de pañuelos).

El paloteau estuvo a punto de perderse en los años cincuenta debido a la despoblación. Durante los años ochenta se realizó un primer intento de recuperación a partir de la memoria de antiguos danzantes, abandonándose de nuevo. Fue a finales de los años noventa cuando se recuperó por segunda vez manteniéndose hasta la actualidad gracias a la incorporación de nuevas generaciones que ponen todo su interés y dedicación en mantener esta tradición, parte de la historia de nuestra Villa.
jasa.es
Hemos tenido la suerte de disfrutar del paloteau con motivo del PIR, el Festival de música y cultura pirenaicas que se celebra cada 4 años en Jasa, sin duda otra de las citas a anotar en tu agenda, la siguiente edición se celebrará en Jasa en 2029.
El Festival de Música y Culturas Pirenaicas nació en 1997 con el objetivo de resaltar y celebrar la riqueza cultural del Pirineo. El festival reúne cada año a diferentes artistas, siendo una cita imprescindible para los amantes de la música, la danza y las tradiciones pirenaicas. El PIR se celebra cada año el primer fin de semana de julio y es posible por la colaboración entre la Comarca de la Jacetania y los pueblos de la antigua Mancomunidad de los Valles.
El PIR, se celebre aquí o en cualquiera de las otras localidades cercanas, es una excusa fantástica para conocer Jasa. Además de disfrutar del pueblo, hemos gozado de un fin de semana lleno de espectáculos, música y baile, sin duda un festival participativo, inclusivo y muy divertido.


Por último, destacar el esfuerzo que se está haciendo por recuperar el traje tradicional de Jasa, con elementos característicos como la basquiña de color pardo y los manguitos azules. Estamos en una de las zonas de Aragón donde el traje tradicional es más singular, tiene un origen más antiguo y donde mejor se trabaja por preservarlo.
Jasa, un paraíso para el senderismo

En pleno Pirineo y con un entorno tan espectacular, aquí disfrutar de la naturaleza es fácil.
Jasa se asienta a 930 m. sobre el lomo de un monte en la margen izquierda del río Osia, afluente del Aragón Subordán. Desde aquí, se ve el Bisaurín, el monte más alto del Pirineo occidental, con 2670 m.
Jasa cuenta con una completa red de senderos señalizados que permiten disfrutar de hermosos paseos, algunos más exigentes y otros aptos para todos. Por ese motivo, se ha convertido también en uno de nuestros pueblos favoritos de la provincia de Huesca y es que, como sabéis, el senderismo nunca falta en nuestros planes viajeros.
La variada red de senderos de Jasa te ofrece un amplísimo abanico de posibilidades senderistas, algunos son senderos circulares, otros recuperan caminos históricos, alguno pasa junto a fuentes de agua cristalina o atraviesa bosques bien conservados, ya ves que la oferta es variada. En la web del ayuntamiento de Jasa tienes un apartado «Paseos y excursiones» con más información y en el mismo pueblo hay paneles con propuestas andarinas.

Tras un fin de semana intenso de festival, nos hemos quedado un día más para poder disfrutar de una de sus Rutas saludables, una reciente propuesta del ayuntamiento para promover la saludable práctica del senderismo y el conocimiento del entorno natural.
De momento se han señalizado dos rutas, aunque nos han contado que se está terminando de definir una tercera, ambas son recorridos circulares, sencillos y con poco desnivel.
Nosotros nos decidimos por la RUTA 2, Por el campo Jasa, una ruta circular de 1,3 km que tranquilamente podemos recorrer en 20 minutos.
El recorrido comienza y termina cerca de la Ermita de San Pedro y combina dos caminos tradicionales: el que recorre los campos de cultivo cercanos conocido como Camino de Samper y el tramo del GR-15 entre Jasa y Aragüés del Puerto.
Comenzamos en la calle San Pedro, que nos lleva junto a la Ermita homónima y el cementerio. Pasamos la puerta ganadera que da acceso a los prados del campo Jasa y comenzamos a caminar por un estrecho camino peatonal. No tienes que preocuparte por la orientación porque, como ves, todo el recorrido está perfectamente señalizado.

Mas adelante, caminamos junto a los límites del bosque, bajo la sombra de pinos, quejigos, arces, guillomos, bojes… siempre protegidos por una barandilla de madera.
Llegamos a la unión con el GR-15, que viene de Aragüés del Puerto, hasta donde puedes seguir si quieres alargar el paseo. La ruta saludable lo que propone es que regresemos a Jasa siguiendo el trazado de sendero de gran recorrido.

Protegidos por muros de piedra seca, muy pronto tenemos la vista de nuevo del casco urbano de Jasa y llegamos al punto de partida con los pulmones más limpios y las piernas más entrenadas para futuras aventuras.


Hasta aquí nuestro relato, nos marchamos agradecidos por la acogida, con nuevos amigos, tarareando preciosas canciones y deseando volver.